DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA, EL DÍA DESPUÉS

Ayer se "celebró" el Día Internacional de la Mujer (Trabajadora). Sí, uso comillas para la palabra celebrar ya que, a pesar de ser la más usada y hasta encajar con la definición de la RAE, no me parece adecuada para el día en cuestión. Aunque las circunstancias han mejorado mucho en los últimos siglos para nosotras, sigo sin entender qué celebramos ¿Acaso tenemos que agradecer los derechos que por naturaleza y justicia nos corresponden?

Bajo mi punto de vista, no celebramos la existencia de la mujer. Ésto no tendría sentido alguno sin la correspondiente celebración de la existencia de los hombres, ya que somos iguales.

Tampoco creo que sea un día para recordar lo dulces, guapas y fértiles que somos. Hay muchas mujeres que no cumplen alguna o ninguna de esas características y son grandes personas (y tan mujer como la que más)

No me parece que sea un día en el que los hombres nos tengan que regalar nada, ni felicitar ni siquiera admirar. No he hecho nada digno de méritos para ser mujer, simplemente nací así.

No quiero falsos halagos ni hipocresia de un solo día. No quiero condescendencia ni benevolencia forzada. Lo mejor a lo que puedo aspirar es a que se me reconozcan mis méritos sin tener en cuenta mi género.

¿Qué se conmemora entonces? Cada 8 de Marzo recordamos a las mujeres que lucharon y se arriesgaron para conseguir derechos que ahora disfrutamos En especial a 120 mujeres que en 1908 trabajaban en la fábrica Cotton Textil Factory (Nueva York) y murieron quemadas tras encerrarlas por manifestarse. Repito: no veo nada que celebrar.

Pero tampoco creo que sea un día de amarguras y peleas (aunque no nos falten motivos). Es un día de recordar el camino hecho y ver lo que nos queda por hacer. Una jornada para rendir homenaje a tantas valientes reconocidas y anónimas que pusieron su granito o su gran piedra para la causa.

Todo ésto lo escribo a 9 de marzo, un día después, y lo suscribo para los 363 restantes.